Después de leer “La aventura de ser maestro” y analizar el escrito “Mi confrontación con la docencia”, siento que es imprescindible hacer notar que no existe una fórmula mágica para ser maestro, con la cuál automáticamente podemos expresar explícitamente los contenidos, conducir a los estudiantes hacia el desarrollo de los mismos, fomentarles valores y ayudarlos a comprenderse a sí mismo y su entorno.
Con el paso del tiempo, y sobre todo con la práctica, poco a poco he logrado la confianza para buscar, incluir y aplicar nuevas técnicas y estrategias sobre los temas a tratar en clase, para no caer en el desgaste de la rutina, intentando con esto buscar la novedad y la diversidad.
Durante el desarrollo de la clase se realizan preguntas dirigidas acerca del tema a tratar, con el objetivo de favorecer el enlace del pensar y del sentir, propiciando de ésta manera la inquietud y la curiosidad por lo que van a aprender, promoviendo su imaginación y al mismo tiempo hacerlos sentir que se encuentran en un espacio confortable que les proporciona conocimiento, afecto y tiempo compartido.
En lo que respecta a la actualización docente, la realizo con la intención de mejorar mi propio aprendizaje y el de mis alumnos como una forma de mantenerme activa en la enseñanza y como un desafío personal para investigar nuevas formas de comunicación y descubrir caminos para hacer pensar a mis alumnos.
El valor que implica llegar a ser “maestros de humanidad”, al recuperar y transmitir lo fundamental que es el permitirse entenderse y aceptarse a sí mismos para que ellos puedan explicar el mundo que los rodea, y así rescatar el valor humano del conocimiento.
Durante el desempeño de la actividad docente es imprescindible un cierto sentido de humildad, dejar atrás el papel del que todo lo sabe, para poder ser capaz de estar al servicio y responder a las preguntas de los alumnos con respeto, permitiéndoles de ésta manera acceder a los nuevos conocimientos. No debo olvidar que lo único importante son “los alumnos”, que estoy inmersa en el proceso de transmitir conocimiento y valores, pero también para reconocer, detectar y canalizar las actitudes que emiten los alumnos en el transcurso de la clase y que solo mediante el uso del razonamiento y el diálogo podré lograr una mejor comunicación y empatía con ellos.
Los contenidos deben ser adaptados al nivel de conocimiento de los alumnos, con un lenguaje claro, coherente y sencillo, para que les permita realizar una mejor comprensión de ellos; debo “enganchar” a los alumnos en el deseo del saber para evitar su rezago y que el camino les resulte menos difícil.
No es aceptable quejarse del quehacer docente, aunque no sea considerado por la sociedad como una actividad relevante, es necesario demostrar el compromiso que se tiene para realizar la docencia con dignidad y sentirse orgulloso de ser maestro.
Carolina
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1 comentario:
Hola Carolina
Al igual que tu, considero que la docencia es lo más próximo a lo utópico de la socidad, así, esos razgos de humildad en el docente, son importantes para esa formación en valores.
Felicidades por el block y en hora buena por tu publicación.
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